Bujalance presenta un paisaje típico de la campiña alta de Córdoba, con suaves colinas muy fértiles dedicadas sobre todo al monocultivo del olivar (más del 90% del terreno cultivado) y a cultivos de secano, contando con una de las colonias más importantes de avutardas de la provincia y donde existe el hábitat rural típico andaluz, el cortijo, y restos arqueológicos iberos, romanos, visigodos, etc. que dan muestra de que estas fértiles tierras, de aguas subterráneas abundantes fueron ocupadas desde hace siglos. En el término municipal se encuentran los núcleos de población de Bujalance (donde se concentra la amplia mayoría) y Morente (con alrededor de 100 vecinos). 

Su casco urbano de clara herencia árabe y salpicado de múltiples monumentos del barroco andaluz, fue declarado Conjunto Histórico en 1983. Podremos deleitarnos entre sus numerosas casas señoriales de los s. XVII y XVIII, una época de esplendor económico favorecida por una floreciente industria de paños.

Entre sus valiosos edificios de interés monumental destacaremos la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción con su imponente torre barroca declarada Bien de Interés Cultural al igual que su Castillo-Alcazaba, de época de Abd-al-Rahman III, y la Parroquia de San Francisco, auténtica perla del barroco, entre otros elementos.

Alrededor del municipio la campiña se extiende ancha. Las almazaras de aceite lo salpican, siendo la producción de exquisito aceite de oliva su actividad principal. Además, es fácil encontrar trabajos de cerámica y de esparto realizados en la localidad, entre otras actividades artesanas. También podremos degustar exquisitos platos de la gastronomía popular que harán las delicias de muchos paladares.